martes, 30 de octubre de 2012

Ventana sobre la Confusión

Es un estado mío. Mío y de nadie más. 
Más nadie me lo puede robar. Más nadie puede entrar aquí.
Es mi espacio personal, es mi espacio lleno de sentidos. Sentidos únicos.

No te resistas amor al dolor. 
Déjate doler, deja que la sangre salga de tu corazón como un torrente, 
como un embalse al que le acaban de abrir las puertas.

Deja niño, deja que tus ojos no puedan ver,
deja que la confusión te absorba,
deja que el miedo no te deje caminar,  que las piernas te tiemblen, 
y se roben tu energía. 

Deja, deja ya que la crisis se apodere de tí. 

Pués verás amor mío, que todo pasa, 
y que sólo lo verdadero queda...


Que se te encríspen los pelos, esos pelos blancos, grises. Esos matices.

viernes, 26 de octubre de 2012

Nada, creo que no dormí nada.


 " Y cuando sientas que no puedes ver la luz, cierra los ojos, y el infinito
 se presentará ante vos.
 Y cuando sientas que estás perdido, simplemente déjate encontrar.
 Cuando me extrañes, llámame. Nunca tengas verguenza.
 Cuando sientas que es tiempo de partir, abraza fuerte y sigue adelante.
 Camina cuando estés aburrido. Y si no quieres dormir, abre tus ojos, sueña.
Nunca amarres a nadie, déjalos venir a tí,
 quién no quiera abrazarte no te merece.
Cuando veas un tobogán, recuerdame tirándote.
 Y cuando veas una hamaca, déjate mecer por el destino"

viernes, 19 de octubre de 2012

Inspirado en el cuento de Cortazar: Instrucciones para subir una escalera.



Asegúrese estimado usuario de localizar un tobogán significativo, dónde se lastimó por primera vez, donde vio la mejor sonrisa de su madre (niniera, amigo) esperándolo al bajar, dónde sintió un amor incontenible, o dónde olió el mejor aroma de los jazmines de la primavera. Sírvase de volver a aquellos recovecos de la infancia, o de la adolescencia. Pero vuelva con cuidado, sabiendo que tal vez, aquel tobogán ya no es tan alto, mucho menos tan ancho,  que aquel árbol tal vez no está tallado con el corazón que usted marcó 20 anios atrás, que aquella arena ya no raspa los codos, que donia Susana tal vez ya no esté hamacando a sus nietos en las hamacas de al lado.. Vuelva sabiendo que tal vez ya no hay tal plaza, o que con mucha suerte, sólo esté cercada. 

Estimado usuario, vuelva acompaniado, o vuelva solo, pero vuelva, y sienta.  Sienta el paso del tiempo que se refleja en las dimensiones de la plaza, en lo bajo de los juegos, en la nueva modernidad de algunos. Vencido el primer sentimiento de miedo al descenso o de incomodidad ante el ridículo, siéntese de espaldas a su bajada. Sírvase de observar la altura en la que se encuentra, la copa de la palmera del centro de la plaza, la cruz de la catedral que lo recibió en su primera comunión, el caminito de adoquines donde besó por primera vez, las ramas de los sauces que bajan desde allá arriba. Piénsese que mucho tiempo atrás, la última vez que bajó de la forma usual por el tobogán, el mundo de atrás quedaba abolido por el tobogán mismo, su hipnótica chapa de metal, en cambio, bastará bajarla de espaldas para que se abra ante usted la inmensidad de las copas de los árboles, y se vaya cerrando luego a medida que la velocidad lo envuelve, hacia el inicio del tobogán y finalmente se cierre la anchura de su visión, y choque precipitadamente con el duro suelo. No se resista, no intente sostenerse, es inútil. Y cuando se golpee,  el cielo y las nubes cuéntelas. Bebace el cielo que le cae en plena cara desde su inmenso embudo consumido en el proceso, siéntase afortunado de todo lo que tiene. Y cuando gire en redondo y sienta el olor a tierra mojada tal vez descubra que había que mirar muchas cosas de esa forma, una boca, un amor, una novela. Quizás entienda que todos llegamos al mismo lugar, y que los momentos se consumen, a lo mejor lo importante es no perderse de verlos pasar, es no perderse de sentirlos. Pero cuidado,  hay cosas que solo se sienten cuando se deja bajar de espaldas pero hay otras que no quieren, que tienen miedo de ese descenso que las obliga a desnudarse tanto, obstinadas en su convencionalismo y su máscara se vengan cruelmente del que bajas de espalda para sentir, para vivir la intensidad...Cuidado con esa ley, con esa moral, con ese sistema.



Gracias a dos personas responsables del post de hoy... 
Mañana, que vuelvas, o vuelas.

sábado, 6 de octubre de 2012

El de hoy.

Volvía de la parada del colectivo, volvía de una fiesta. Hoy rendí un parcial, en el que me decepcioné  por que le había dedicado mucho a la materia, y la "evaluación" no me iba a favorecer... claro, si mucho menos creo en esas instancias... Así que tomé mucho vino, por que me gusta, lo disfruté, en compañía apreciada...

Volviendo a casa, disfrute  mucho, de la lluvia que caía en mi cuerpo, que mojaba mi rompa, que empapaba mis zapatos. Las gotas que golpeaban los charcos ya existentes de la calle. Disfruté de caminar por el medio de la calle, libre de preocupaciones, de pensamientos, simplemente con la sensación de la lluvia cayendo sobre mí, enredando mi pelo.

¨Por eso las drogas te hacen mal mech¨... ¨vos no compartís lo códigos de la sociedad¨... ¨Obvio que te iba a encarar mech, le diste todas a entender¨ .. ¨y claro, solo quiere consumir tu cuerpo, tu cara linda¨... y claro, y claro... Dónde estarán los que disfrutan de la lluvia caer por que sí, dónde estarán los que se dejan acariciar sin prejuicios, dónde, los que esperan a que te duermas y te abrazan fuerte. Dónde están aquellos que quieren verte crecer simplemente por que disfrutan de ello. Es acaso eso posible?.... Tal vez por eso existe la esquizofrenia, por que buscamos, lo que no encontramos en el común de los días.

Patié muchos charcos y me sentí bien. Miré hacia arriba y vi las gotas caer sobre mi... Mi vi Ser.

miércoles, 3 de octubre de 2012

¿Para qué dormir si puedo soñar despierta?

Anoche pude dormir, y hoy me levanté temprano, rutinariamente, medité, preparé el té, me comí una mandarina, después de un vaso de agua con limón, me puse la ropa de yoga, mis anillos y mi pulsera, mis accesorios, usé la compu, estudié, dormite y me fui a yoga. Volví, cociné, tomé mates mientras estudiaba, hice una torta, comí mientras estudiaba. Fui a llevar la ropa a lavar, volví, estudié, y me fui a la cama. ¿A dormir? Ilusa. Ilusa ella no quiere darse cuenta que está sufriendo de insomnio. ¿Para qué dormir si puedo soñar despierta? Ha de verse que hay unas cuantas cosas en proceso de digestión, si duermo no digiero. Quizás para eso uso yo el tiempo libre: Delirar.

Me levanté a fumar, después de leer en la cama. Fumé en la ventana de la cocina, a modo de meditación estimulada, pero me fue mal, me bajó la presión el mundo se puso "upside down" por un momento sentí la misma sensación de estar completamente droga: adiós le dije a mi percepción de la realidad. Y comí otra mandarina, y un caramelo ¡¡¡Glucosa !!! miré a mi alrededor, los objetos: el mandala en la puerta de mi cuarto, teñida de rosa, por el efecto de la luz a través de la cortina, el reflejo de la sartén en los azulejos (como un espejo), y mi planta nueva un potus que me regaló una amiga  que me miraba desde la ventana, las burbujas pintadas en el lapicero, y las cáscaras de la mandarina que iba consumiendo, ingiriendo. Las gotas de agua sobre las paredes de la botella casi vacía. Todos los objetos, todos, y yo, mirándonos analizándonos. Claro, con Radiohead de fondo, estimulando mi cerebro, ya perturbado por el humo y la nicotina.

Algo me lleva a pensar, que si quiero puedo hablar con todos los objetos, y que el potus me desafía, no ya como en las películas de imaginación y las drogas, sino ya como una consciencia superior a todos nosotros, que nos une en un lenguaje único, común, no de palabras, no de gestos, sino más bien de vibraciones, de pulsos. Algo me conectó a ellos, todos al mismo tiempo. La unidad es un sensación en mi casa. ¿Que me lleva entonces a publicar esto? Martín me dijo : que bueno que no tengas miedo de exponerte. Quizás es una forma menos personal de trasladar a este mundo, lo que sentí en aquel otro mundo. Ya que realidad y fantasía están sólo separadas por una tenue divisoria, con límites difusos.

Mientras comía la mandarina y miraba el potus (que tiene nombre, si, todo en mi casa tiene nombre) sentía la a temporalidad que nos unía a los tres. El hecho de que los tres estamos hechos de los mismos elementos, y lo que nos separa a uno del otro es una cuestión temporal, la cual salteamos en el presente para reunirnos los tres. Con lo cual entonces, el tiempo no existe. Solo nosotros nos deslizamos en un hilo, y vamos cambiando, de forma, de estado. Potus, mandarina, Mecha. Quizás los tres fuimos cada uno en otro tiempo. O más bien, tuvimos, tenemos elementos de cada uno. Tal vez el potus y la mandarina comparten moléculas de un antepasado común, nutrientes que desde lugares remotos, en tiempos remotos se están moviendo por el fino hilo de la materia, cambiando de forma, de estado, y hoy son Potus y Mandarina. Tal vez yo, bebí el mismo agua que percoló de las tierras del potus mayor y hoy soy Potus, Mandarina, y Mecha.

Mirar fijo el mandala, y el reflejo de la sartén, me dieron su aval, y me dijeron que tenía razón. Pero que nunca lo iba a comprobar, nunca lo iba a saber.

Vivir en los delirios del borde de la cornisa  siempre "casi a punto de caer" es lo que lleva al nerviosismo, es lo que no nos deja dormir. Es lo que nos hecha de la cama a patadas, para adentrarse en los mares de uno mismo, en el desafío de navegar sin naufragar y triunfar con un aprendizaje. ¿Verdadero? Útil.

Sírvanse todos los objetos de hablar, de entender. Por que la facultad de hablar, no es única del ser humano. Única es su facultad de creer que es el único capaz de comunicarse racionalmente. Sírvanse todos los objetos de hablar, por que todos habitamos el mismo Universo, y las facultades se definen en su utilidad. La verdad, el bien el mal, el valor, han de ser todos conceptos subjetivos, sujetos a las apreciaciones de quién se aproxima a ellos. Son, sí, claro que son en si mismos  por las apreciaciones que nosotros los seres pensantes hacemos de ellos, son tan variadas como las concepciones mismas.

lunes, 1 de octubre de 2012

Y contar cada luz que nos hace temblar.

A pies descalzos me puse a andar bajo los techos de la ciudad, y en mi cuerpo desnudo sentí el frío de la brisa, de aquella noche, que me sacó muy temprano de la cama, antes de la madrugada. Pero no había estrellas, solo café y soledad. Amada soledad. Descubrir la noche, sus misterios, sus sonidos, su adrenalina. Explorar las partes oscuras que de día no se dejan ver, y refugiarme, en recovecos nuevos.

Capas por eso no duermo, espero a los delirios de la noche. 

Puede des estructurar todo tu misterio..desde el mar no hay piedad.