¿Qué carajo te pasa?
Y ¿qué mierda me pasa a mí con vos?
Estás, siempre, en todo lo que pienso, porque no estás. ¿Sos un recuerdo, un deseo, una imagen?
No sos una proyección a futuro, no quiero un futuro con vos, quiero vivirte ahora, aventurarme con vos.
No sos un objetivo, no sos un capricho, no sos un amor imposible, tu pensamiento no me genera felicidad.
Rompes mi corazón cada vez que no estás, y estás en mi mente. Cada vez que sueño con vos.
Cuando me abrazas y no me decís si me queres o no.
Cuando con tus sutilezas, me metes en tu juego, me haces parte de tu servidumbre. Y yo sigo, caigo a tus pies, estoy para vos, bajo el mundo a tus manos.
Y caigo, en la depresión más profunda del sin saber, sin saber qué es lo que está pasando, y cómo se siente.
Soy presa, presa de vos. Como un ratón en manos de un gato, que no sabe, si el gato quiere jugar, o se lo quiere comer.
No tengo miedo, no me importa perderte para siempre, más vale un desgarro que este esguince eterno.
Y este sentimiento viaja siempre conmigo, y me consume, me pudre el corazón, de a poco, cada vez con más ganas. Me cansa, me saca la energía, no me deja seguir.
Quiero abrazarte, sentir tu espíritu viviendo el mío.
Quiero saber qué pasa por tu cabeza.
Quiero sentir que me amas.
