Encontrándome ahí dónde casi nadie quiere encontrarse,
dónde nadie se anima a buscarse.
Exponiéndome a lo que ellos llaman innecesario, inútil,
por que no hay lujos, por que no hay confort...
Se olvidan que ahí está el entusiasmo,
la fuente de la felicidad.
Allá dónde las apariencias se rompen, se caen,
Ahí dónde sólo nos queda mostrar lo que somos,
Lo que somos con aquellos que nos hacen ser...
Hacia allá voy, ahí estoy, y de acá no me voy.
Nosotros queríamos algo, deseábamos algo,
pero la Vida, Ganesha, Dios y la Naturaleza,
tenía otro plan...
Y llegamos y no había casa,
y caminamos y nos enfermamos,
y no teníamos más combustible...
Pero teníamos que seguir,
sacando fuerzas, ganas y sonrisas
de esquinas que no sabíamos que teníamos.
Las encontramos, y las multiplicamos en creces.
Y nadie sabía, y parecíamos locos,
pero era nuestro propio juego, nuestro propio espacio,
y nadie nos lo podía ni va a poder robárnoslo
Y llegamos y nos encajamos,
y no teníamos auxilio, y no teníamos refugio, y no teníamos abrigo,
Llovía,
y la tormenta me enfrentaba con todos mis miedos,
con todos mis reproches, con todas mis faltas, con todas mis debilidades.
Pero teníamos que seguir,
sacando fuerzas y determinación,
de esquinas que no sabíamos que teníamos.
Las encontramos, en silencio, andando.
Y nadie nos veía, y nadie nos hablaba.
Ya no era un juego, era un desafío forzado,
y nadie nos lo podía ni va a poder robárnoslo
Y llegamos de noche y se rompió nuestra casa,
y no teníamos presupuesto, y no teníamos otro plan...
o no quisimos pensarlo,
La hora y la noche nos enfrentaron con el cansancio,
y con el reto final
Y seguimos,
sacando fuerzas, reacción, complemento y compañerismo ,
de esquinas que nos dimos cuenta que teníamos,
Y nos divertimos, nos reímos, y aprendimos a ser un equipo,
a ver que podíamos.
Y que somos eso que nos hacemos ser, mutuamente,
y todo se multiplicó en creces.
Y jugamos un juego, nuevo
y nadie nos lo podía ni va a poder robárnoslo
