domingo, 6 de mayo de 2012

Tu cruz.


¿Cómo explicar la esencia? No se puede… ¿Cómo expresarte lo que estoy sintiendo, lo que viví? Es imposible, tendrías que transformarte en mí… Pero quiero contarte que me estoy experimentando, y que creo que mientras me leas, algo de eso vas a percibir.
¿Cómo encontrar la esencia? ¿Cómo dejarse encontrar por la esencia? ¿Qué somos? ¿De dónde venimos y a dónde vamos?... Fluye por mi cuerpo, sangre, sangre súper cargada de cosas, de emociones, de vivencias, de decisiones, de espejos, de verdades. De verdades.
Sentía que cualquier cosa que me propusiera la podría conseguir. Sentía que estallaba de fe, de fe racional. Sentía éxtasis, energía. Que el centro del Universo estaba en mi pecho, en mi mente y se manifestaba a través de mis ojos que lagrimeaban por el viento. Un acelere inexplicable, pero real. Se trataba sí, de aspectos de la realidad, de la esencia, eso que siempre busco, eso que de a pedacitos voy encontrando.
La vida me estaba haciendo tocarla, me estaba mostrando sus verdades. Estaba reafirmando mis decisiones y diciéndome que por ahí, sí, sí, por ahí venía la mano. De momentos quería envolverme en mi locura con la música tan tan fuerte que lo de afuera se volviera inexistente, hundirme en la esencia del sonido, y tocar al músico y su locura, caminar en locuras tenebrosas.
Cambio la música y toqué otra esencia, otro costado. Entendía… no le puedo poner palabras… Volví a mi yo del pasado, y alguien fue testigo… Encontré gente nueva, y en un simple domingo como cualquiera, la toqué… Conci la selva sin haber estado ahí y sentía que esos niños que tiempo atrás habían pintado, me suspiraban mucha cosas al oído… No puedo dejar de enloquecer, de curarme.  

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