martes, 10 de enero de 2012

Vi llover.

Sentí el olor a tierra mojada, y la humedad apretando mis pies,
Los árboles agradecieron, intensificando el verde de sus hojas,
algunos cayeron.
La gente corría de lado a lado, escondiéndose bajo techos, algunos rosados.
Algun corazón roto, aprovecho el ambiente, para llorar en un banco.
Algunos caminamos, libres y sueltos.
Cada gota golpeaba mi cabeza, mi nariz e inflaba mi pelo, que caía pesado.
Muchos animales sintieron un alivio - inexplicable con palabras- en sus cuerpos,
que ya no soportaban el azote del calor.
Era noticia.
Yo sonreía, y reía.
Las nubes pasaban, pesadas, negras, como tirando misiles,
con información.
Las cucarachas escapaban de sus escondites, y las mulitas, buscaban esconderse.
Yo caí en los charcos, y mi perro jugaba en el barro.
Dios nos sacaba fotos con flash, y San Pedro movía los muebles de lugar.
Peleas, llantos, angeles llorando
Las lagunas revivieron,
Pero no todos festejaron,
algunos se inundaron.



Los árboles, aprendieron a no mojarse los pies.

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