sábado, 4 de junio de 2011

Dejenme ser

Déjenme ser:

Son las 0.03 am y ciento muchos nervios, no puedo identificar porqué. Este último tiempo fue difícil, muy difícil; creo que una vez más he vivido un proceso, uno más de tanto procesos que pasaron y de tantos otros que vendrán, y creo que los nervios son de por fin encontrar la paz, de por fin estar en la cima de la montaña; quizás se me hace raro sentirme tan bien, después de haber estado tan cansada, y es una sensación rara, y da miedo, pero esta bueno, y se puede disfrutar, claro que sí. Por que hoy se reafirma un paso más en mi camino del ser.

Ser lo que uno es, ¿o pretender ser algo que le cae bien? Dar esa imagen de alguien que se caracteriza por algo y ser solo una pantalla, ¿o realmente vivir de acuerdo a sus convicciones, valores y deseos? Todos alguna vez escuchamos la frase “no te dejes llevar por las masas, se vos mismo” y no son solo las masas lo que nos lleva a modificar nuestro ser, sino nosotros, que ante un estimulo externo, elegimos ser, o actuar de una manera que no es necesariamente la que quisiéramos.

En este mundo donde el valor solo se da en el mercado, según la oferta y la demanda, donde todo es mercancía y donde el tiempo pasa a ser un bien tan lujoso que parece inalcanzable, yo quiero SER. Pero, ¿Quién quiero ser? Es una pregunta que muchos pasamos toda la vida tratando de responder, otros, ni siquiera la tienen en cuenta… algunos terceros la tienen muy resuelta. Yo no se exactamente quién quiero ser, solo sé que quiero llevar mi nombre con gracia, reflejando en mis ojos, mi alma. Quiero que quién pase por mi camino, se lleve lo mejor de mí. Déjenme ser. Déjenme mostrar de mí lo mejor, y ayúdenme a cambiar aquello que condicione su felicidad, porque ese es el fin último de las personas, alcanzar la felicidad, ¿y cómo? ¿Es realmente un auto, una casa, una marca la felicidad? ¿O es ver crecer a nuestros hijos, ver sonreír a nuestros padres, un abrazo, ver un pájaro volar hacia el horizonte, saber que nuestros amigos están bien? Yo no conozco la respuesta exacta, pero hoy me inclino por lo segundo, y espero que siempre sea así. Gracias a Dios, nunca sufrí problemas de plata, por eso creo que el dinero no es un bien que influya demasiado mis decisiones ni condicione mis emociones. También se que mi mente ya no piensa como antes y que mis ideas ya no son las mismas. Déjenme ser.

A veces me siento ahogada, abatida por este mundo en dónde solo valemos por lo que tenemos, y en donde la locura de la ciudad nos enloquece un poco más. En donde todos decimos ser abiertos a las diferencias pero en realidad vemos al distinto como ajeno, inhumando, y no lo entendemos, y yo me pierdo, me mareo. Porque siento que hay otro mundo, otro lugar en donde podemos encontrar la felicidad, y siento que no se puede hablar de ello, que son palabras que en el diccionario de esta sociedad no existen. Déjenme ser.

Yo no pido que compartan mis ideas, ni que las entiendan, solo pido que las respeten, que me dejen vivir por ellas y así poder ser. No somos todos iguales y eso es lo que nos hace especiales. Cada uno busca en su vida la manera de estar bien, yo estoy encontrando la mía, y no se si es la mejor o si me va a acompañar siempre, solo se que hoy me hace sentir bien, me encanta. Déjenme, déjenme hablarle a los árboles, abrazarlos, déjenme enloquecerme con una flor y cantarle al agua, déjenme abrazar al viento y escuchar los misterios del río, déjenme llorar cuando quiero llorar y reír cuando quiero reír. Déjenme deslumbrarme con las cosas más pequeñas y detenerme en un viaje para mirar un paisaje, porque eso es lo que a mi me hace feliz.

Déjenme no usar bolsas, cuidar el agua y apagar la luz cuando me voy de un lugar; porque aun que para vos sea inútil y el mundo se contamine igual, para mi es vivir por mi ideales, es mostrar que aunque sea muy difícil, siempre podemos vivir de acuerdo a lo que profesamos, por que creo que esa es la idea. La diferencia entre el delirio y la cordura esta en los actos, no en las palabras me dijo una vez un amigo mío. Y la verdad del profeta se ve en sus actos, sino, solo queda en la ironía, en la hipocresía. Sí, la hipocresía siempre esta con nosotros, es muy difícil eliminarla de nuestras vidas, porque aunque no lo queramos, siempre somos un poco hipócritas, eso es lo que nos separa de la perfección, y en disminuir nuestra hipocresía es en lo que deberíamos trabajar día a día, no en inventar nuevas soluciones de vida, ni teorías ni filosofías, eso viene solo; eso son palabras que Dios nos suspira al alma, y que- creo yo- debemos llevarlas a la vida, aceptando siempre que no somos perfectos, que nadie lo es, y que no somos iguales. Cada uno tiene su forma de ver la vida y su propia receta, déjenme ser.

Déjenme no comer carne, aun que para ustedes este loca y me pierda de los grandes placeres de ser argentina, porque para mi el placer pasa por otro lado, porque yo estoy convencida que lo que estoy haciendo me hace vivir mejor, no lo puedo explicar, simplemente lo siento así, y así lo vivo. Déjenme comer mis comidas raras, porque yo creo y estoy convencida que de ellas saco la mejor energía, que necesito para vivir en el día a día; no te pido que comas lo mismo que yo, ni que lo disfrutes, solo te pido que me respetes, así como yo te respeto- o intento respetarte- a vos.

Déjenme, y ayúdenme a no tomar alcohol, porque aunque todos se diviertan con unas copitas de más, yo no. Si, todos tenemos defectos, bueno, acá esta uno de los míos, hay cosas que no puedo controlar. Y creo que el alcohol se lleva mi conciencia, no me deja actuar como yo realmente quiero. Déjenme.

Para mí la vida se vive intensamente, aunque esa intensidad sea reflejada por un dolor, déjenme llorar, patalear, sentir las crisis, porque de ellas salgo, y el día que no pueda, yo se que VOS me vas a ayudar.

Para mi la vida se vive con conciencia, conciencia de uno mismo, de sus capacidades, del momento, de sus debilidades. Es la conciencia la que nos mueve, la que nos lleva, la que nos hace tomar las mejor decisiones; por mas de que en un futuro queramos otra cosa, hoy es la conciencia, ayer fue la conciencia y mañana también lo será, la que nos lleve a elegir mejor, a ser felices. Déjenme ser.

No cuestiones mi forma de ser aun que te parezca alocada, desubicada y estúpida, porque yo no cuestiono la tuya. No vinimos a este mundo a ser jueces de nadie, sino de uno mismo. No pierdas el tiempo criticando mi vida, porque no lo va voy a cambiar a menos que yo lo sienta así. Solo te pido que el día que mi forma de ser interfiera en tu felicidad, solo ese día me marques un alto, mientras tanto, déjenme ser. Déjenme crecer, equivocarme, aprender. Por que de las diferencias se aprende, y cuanto menos me entiendas, más vamos a aprender el uno del otro.

Dicen que el ignorante vive más feliz, bien por el, pero una vez que el saber y la conciencia entran en tu vida, no hay vuelta atrás, el camino es solo para adelante. Y el día que me olvide de esto, ahí vas a estar vos para recordármelo. Pero acordate también que la vida no es estática, que las cosas cambian, los contextos son diferentes y a eso reaccionamos, a eso nos adaptamos.

Hay una sola persona que va a estar siempre conmigo, yo, yo soy la única que me voy a acompañar hasta el final; que voy a vivir todos los procesos conmigo, vos, él y ella son solo circunstancia de mi vida, de mi ser. Déjenme ser, déjenme estar contenta conmigo misa, porque mis acciones no pueden dejar contentos a todos los que me rodean, siempre alguien va a estar desconforme. Vos sos una maravilla que me puso la vida en el camino, pero en algún momento te vas a ir, y qué vas a dejar en mi? El mejor aprendizaje, los mejores momentos y muchas dudas, muchas preguntas que yo me voy a encargar de resolver, para aceptarte, respetarte y crecer en vos. Y vos, ¿qué te vas a llevar de mi? Solo espero que te lleves lo mejor.

El gobierno de uno mismo, eso es revolución me dijo un día una amiga, y creo que tiene razón. El día que podamos gobernarnos, dejar nuestras hipocresías a un lado y ser felices, habremos marcado una revolución. Déjenme ser, déjenme revolucionarme a mi misma, gobernarme y déjenme llevarle a este mundo un mensaje diferente, no uno de texto ni uno por facebook. Uno que viene del corazón, del alma, del cuerpo. Mi espíritu te habla, escúchalo. Déjenme amar, sin restricciones. Déjenme ser y disfruten de verme feliz.

Seré una loca, pero una loca linda, como alguien una vez me dijo.

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