Media (s) Naranja (s)

Su cabeza buscaba un refugio, su corazon no queria sentir, su adrenalina superaba sus espectativas. Ella buscaba, buscaba convertir un conejo blanco, en uno negro. No existia para ella tal cosa como la racionalidad, la realidad. Pero tampoco creia en el amor, en dejarlo todo por vos. Practicamente creia que no creia en nada. Su vida era un tumulto de remolinos, de tropezon en tropezon, perdida en el bosque buscando conejos, perseguida por el brujo del bosque, atemorizada por la noche y su oscuridad.

El caminaba sin preocupaciones, el calor no le molestaba, pero tampoco sabia que el camino lo haria tropezar con aquella hada, que no sabia que era un hada, que no sabia quien era. El era conciente, constante, amaba a sus amigos, a su familia, a su trabajo. Su vida era simple. Pero su cabeza no estaba tan ordenada como el pensaba, felizmente lo ignoraba. Tampoco creia en el amor, solo en las construcciones. Asi construia su vida. Cada ladrillo era premeditado, y siempre estaba preparado para las tormentas. No daba pasos en falsos.

Pero el Sol del atardecer acariciaba sus ojos, amaba su mejillas y estremecia sus corazones, que aun no sabian, que iban a sentir. Con un ciencuenta por ciento de destino y un veinticinco de cada parte se cruzaron, se encontraron,pretendieron alejarse con sus palabras, pero solo se unieron mas, y mas.

Pero como alguien dijo, todo tiene un final, todo termina. Como alguien mas dijo, el valor de cada historia se resume en su final, y este... es un final.